Importante par de placas ornamentales. Sudamérica. Siglo XVIII.

Bella labor de la orfebrería hispanoamericana. De forma alargada, con ornamentación floral simétrica compuesta por roleos de ramas, hojas y generosas flores. Las dos placas llevan en el centro un medallón con el cordero con un estandarte (Agnus Dei), como símbolo de Jesucristo, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, y a ambos lados, sendos querubines que sostienen el follaje de una América de naturaleza pródiga. Técnicas utilizadas: batido, calado, repujado y cincelado. 

Medidas. Largo (de cada una, en torno a): 48 cm. Alto, en torno a: 15 cm.

Estamos ante una clara y exquisita manifestación del estilo barroco -así lo indica el llamado “horror vacui” (horror al vacío)-, aquí apenas interrumpido por el calado que le da una particular forma a ambas placas.

En cuanto a la calidad de estas obras, dejemos que hable la sapiencia del profesor Luis A. Ribera: “Los trabajos de orfebrería de mayor importancia eran los dedicados al culto católico, no hubo obra civil que pudiera igualarse en esplendor a lo que produjeron los obradores altoperuanos para ornamentar iglesias y capillas.” (Ver Adolfo L. Ribera: La orfebrería colonial. En “Platería Sudamericana de los siglos XVII.-XX. Hirmer Verlag München, 1981, p. 41.